pero yo flotaba, no era arrastrada por él.
Disfrutaba de flotar, de adaptarme a lo que me proponía
pero no me dejaba arrastrar por él.
Por él es que aveces me desvivo
preguntándole ¿qué esperás de mí?
Pero el río no puede llevarme
soy yo la dueña de mi destino.
.
.
.
.
.
1 comentario:
eee que copaaado ;)
Publicar un comentario