jueves, 27 de mayo de 2010

La tarde de Rea con Eros

Para Tefis que quería a Rea un poco más felíz...
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Tarde: la luz de la sala es anaranjada, Rea llenó el espacio de aromáticos jazmines y flores silvestres rosadas, en el centro una tela blanca cuadrada.
Rea lleva un vestido de seda color rosa-viejo, debajo tiene el vestido rojo que usará a la noche. Tiene el pelo semi-recogido con unas hebillas de flores. Entra Eros. Es un hombre flaco, vestido con una túnica blanca, masculino pero afeminado. Sonríe de forma pícara y sus ojos se iluminan. Se observan y se van acercando el uno al otro lentamente, se acarician con suavidad hasta concluir en un abrazo que se prolonga por varios segundos.


EROS: Te traje algo (se toca el cuello buscando un colgante, se saca un collar de plata que tiene una amatista como dije, se lo coloca lentamente a Rea) las amatistas conectan tus pensamientos con el ritmo del Universo… (Rea sonríe, se besan lento, vuelven a abrazarse, Eros mira a su alrededor) Esta casa cada día se parece más al Paraíso ¡que hermosa que es tu Tierra!.
(Ambos sonríen, Rea canta)
REA:
Algodón que se va, que se va, que se va,
plata blanda, mojada de luna y sudor
un ranchito borracho de sueño y amor
quiero yo.
(Eros la toma por la cintura, giran mientras él canta)

EROS:
sombras negras en la costa
rojo en el horizonte
plomo en el río quieto que va atravesando el monte...
el alba pesa en el cuerpo del cosechero dormido,
y el algodón de su sueño
le va tejiendo el destino.

(Caen en la lona blanca, Eros toma una flor y acaricia la mejilla de Rea, la observa) ¡Que dulce huele tu alma cuando danza! (deja la flor a un lado y coloca su mano sobre la mejilla de Rea) Pero por tus ojos se fuga la angustia… la veo, y veo cómo te aleja de mí, de vos misma, del mundo.

REA: (corre su cara huyendo de la caricia, mira hacia abajo, suspira, mira a Eros, lo abraza con fuerza) No tuve una buena noche, (pausa) el pasado a veces está más presente que el presente. Me pierdo… (llora) Soy esclava del Tiempo. (Eros la abraza, ella se ablanda en sus brazos) Por eso quise armar un paraíso terrenal para los dos
(Rea le acaricia el pelo a Eros, se separan lentamente y Eros le seca las lágrimas con las manos).

EROS: ¡Ay Rea, si supieras que sos vos la que me rescata a mí! (la mira, le sonríe) ¿qué tal el mar? Me gustaría que fuéramos juntos al mar (comienza a escucharse un sonido de mar rompiendo en una escollera, ambos cierran los ojos y respiran profundo, Eros la mira, ella continúa con los ojos cerrados) La profundidad del mar me recuerda lo infinito (susurra) quiero estar con vos para siempre
(Rea sonríe, apoya su cabeza sobre el hombro de Eros).

REA: Me gusta el mar, tiene algo de mitológico, de esencia de las cosas, de caótica profundidad. Pero también me angustia, siento que pide más de lo que puedo darle…

EROS: Creo no te pide nada, simplemente está ahí y se deja llevar por el ritmo de la luna.

(Las luces naranjas van blanqueándose y atenuándose, llega la noche otra vez)

viernes, 21 de mayo de 2010

Poesía en cuadro

Quiero ser la sonrisa de la Mona Lisa
y tener los pelos de las Marilys de Warhol,
navegar en una barca impresionista
y dispersarme en puntillismos para ser una,

quiero perderme en la pulcritud de las líneas de Kandisky
para dormir extasiada entre los girasoles de Van Gogh,
y ser María en La Anunciación
para luego danzar casi desnuda en medio de las Musas,

¡que los cubistas me vean desde mil puntos de vista y
los surrealistas me hagan volar y derretirme!
(prefiero ser un punto, un color o una raya
antes de morir sin haber sido nada).

miércoles, 19 de mayo de 2010

Rea y la noche

Adelanto de la mini-obra que estoy escribiendo...
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Habitación negra, en la pared en el centro dibujada con tiza blanca una ventana. A la izquierda un montón de telas: negras, blancas y una roja. En el centro está sentada Rea: lleva puesto un camisón, está envuelta en una sábana blanca y abrazada a sus rodillas. Una luz cenital la alumbra y otra, más tenue, nos deja ver la ventana.

Noche: algo de humo genera un ambiente de ensueño.

(Inhala por la nariz y exhala por la boca repetidas veces, trata de relajarse pero le cuesta. Mira para todos lados y ve que está sola, se para bruscamente, grita) ¡Si estuvieras acá tendría a quién contarle mis pesadillas! (pausa, Rea llora, cae al piso), siento un nudo en los ovarios y cuando respiro el aire me queda acá (señala su garganta) ¡es imposible seguir así, me ahogo! no me gustan las pesadillas ¿qué quieren decirme mis sueños? (se masajea el pecho, respira profundo) algo de sus sombras se pega en mi cuerpo… (vuelve a respirar profundo, comienza a calmarse, trata de recordar) Eran tres hombres, había un auto y oscuridad, infinita oscuridad. Yo estaba embarazada (se toca el vientre) y esos hombres me estaban secuestrando ¿dónde está mi bebé? ¿dónde estaba yo? (recuerda) me tiraron en un pantano sucio y silencioso, y yo suplicaba para que abrieran el baúl del auto y me devolvieran a mi hijo (pausa) pero no había nada ahí… (llora, un sonido de lluvia va in-crescendo, Rea se seca las lágrimas y se acerca a la ventana, respira profundo, suspira, contempla) Tengo amigas que son mis estrellas: danzan para mí, de día las llevo dentro de mi pecho y de noche sus risas lo inundan todo.

(La lluvia comienza a cesar lentamente, el humo ya se dispersó, Rea vuelve al centro de la escena, toma la sábana que había dejado en el piso, la dobla y la deja en el montón de la izquierda. Canta)

Ando llorando pa´dentro
aunque me ría pa´fuera
y así tengo yo que vivir
esperando a que me muera.

lunes, 17 de mayo de 2010

Reflexión de día luminoso

El paraíso era un lugar mucho más cercano de lo que imaginabas. Lo percibiste en lo chiquito, en los aromas, en la frescura del aire a la mañana, en el sabor del té de canela, en el suspiro que sale con fuerza cuando te abrazan con ternura.
Tu paraíso esta más cerca de lo que imaginás. Está en esa canción que cantás a la mañana, en ese perfume que elegís con presición, en eso que decidís almorzar y saboreás como a un manjar -aunque sólo sea un pebete de jamón y queso-.

domingo, 16 de mayo de 2010

El sueña, yo sueño, nosotros soñamos...

Uno de los ejercicios para mi taller de dramaturgia:

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En el centro de la sala hay una cama matrimonial, en ella están durmiendo Javier y Andrea bajo sábanas blancas.

Por unos segundos no pasa nada, simplemente se los ve dormir, sonríen. De un momento a otro comienzan a caer burbujas del techo. Ambos abren los ojos, se bajan de la cama y caminan cada cual hacia una esquina distinta del escenario. El movimiento es sumamente coreográfico, hacen todo al mismo tiempo, en un ritmo lento.
Miran hacia delante y otra vez, por algunos segundos, nada más pasa. Luego miran hacia la bambalina que cada uno tiene a su lado y desde allí les echan un balde de agua. Ambos girar, se miran, corren hacia el centro sin dejar de mirarse, se abrazan. Se separan, ella se va.
Se apagan todas las luces menos una roja cenital que alumbra a Javier mientras mira cómo Andrea se va. Luego aumenta la luz y se ve que en el fondo apareció una sábana blanca, sobre ella se proyecta la sombra de un hombre con sombrero y un arma. La Sombra dispara, Javier cae al piso. Pausa, silencio absoluto. Entra Andrea con margaritas blancas en las manos, camina despacio, ve a Javier en el suelo, le arroja las margaritas encima. Sale por la otra dirección contraria a la que entró. Apagón.
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viernes, 14 de mayo de 2010

vos sos mi sombra o yo la tuya

¿nos encontramos en el horizonte?
¿nos encontramos alguna vez?
¿me viste? porque yo sí te vi

creo que no me viste
creo que tampoco yo te vi
creo que no fuimos nada

me hubiera gustado caminar
pasear por San Telmo
ver el atardecer desde una terraza

me hubiera gustado que te ampliaras
te abrieras y volaras más alto
pero no puedo obligarte a ser libre

vos sos mi sombra o yo la tuya
no entiendo eso todavía
no entiendo la oscuridad que habito

lo único que se es que yo fui
siempre fui yo
vos no fuiste nada.