martes, 12 de octubre de 2010

Después de un hermoso finde largo...

Adicta a las imágenes y al devenir de ellas, fluyen cambian reflejan…
busco la imagen perfecta que describa lo que veo dentro de mi
pero al segundo mi cuerpo cambia y cambia la imagen…

es agua que corre por un río a veces turbio, a veces claro…
cuando canta es hermoso, bellísimo, apacible,
pero cuando el hermano trueno cae, las aguas se arremolinan.

La turbación es energía, dice el I-Ching, ok,
entonces habrá que aceptarla, incorporarla,
pero quiero ir de ahí a un poco de paz, a un mandala que armonice

Algo de paz no viene nada mal. El movimiento de la sístole y la diástole. Respiro, respiro mucho. Me siento otra vez en eje, gracias. Equilibrio y desequilibrio constante. Y danzo en medio de ellos siempre, para siempre, buscando llegar a nada y al todo a la vez. Camino cuando quiero Tierra y vuelo cuando quiero Aire, eso si lo tengo en claro. Sino la vida sería muy amarga y la vida está hecha para que vivamos con vitalidad cada segundo de nuestra existencia. Para que cada minuto de nuestras vidas sea fecundo para mi o para otros. Eso creo, eso deseo, eso siento, eso busco.

Iluminar y que me iluminen, danzar y que me dancen.

-----------------------------------------------------------

 ¡ GRACIAS !

(a cada una y cada uno que me danza y/o me ilumina)

2 comentarios:

Estefanía Goren dijo...

"I want a perfect body, I want a perfect soul" canta Thom York en uno de los temas más conocidos de Radiohead. Y por supuesto, es lo que queremos todos.

Me encanta que seas una persona optimista y me encanta que tires y tires por lo positivo.
Ahora bien(y no me digas grinch, por favor)a veces siento que en esta sociedad posmoderna nuestra hay una negación de la tristeza o mejor dicho una no aceptación de la misma. Una negación de cualquier tipo de desequilibrio que puede curarse con una u otra pastillita mágica (antidepresivos, calmantes y demás son las nuevas drogas de moda).
En fin, pienso que para llegar a una armonía hay que pasar y aceptar los momentos menos armoniosos de nuestra existencia, afrontarlos con todo el coraje que sea posible.
Saludos!

Nayla Marchese dijo...

jua, ¡no voy a decirte grinch! Porque entiendo lo que decís.

Espero no vivir vendiendo pastillitas de colores para la felicidad. De hecho creo que mis textos de dramaturgia (no este porque es una "poesía" -ponele-) son bastante tristes.

Y como vos bien decías arriba creo que el equilibrio está en este juego doble, de la sístole y la diástole -haciendome la hindú un poco-, de sentir y liberar la tristeza pero también de sentir y expandir lo luminoso, la alegría, el canto.

Y con alegría me refiero a alegría genuina, profunda, como esa que sentís cuando te abrazás con alguien que no ves hace mucho...

¿y dolor? sí, ¡hay mucho! la pregunta es: ¿qué hacemos con ese dolor?