martes, 31 de mayo de 2011

Aguijones dionisíacos

Les presento mi último proyecto: Aguijones dionisíacos.
Lluvia de ideas que me lanzaron a escribir: noche, sexualidad, diversidad, las mujeres, lo femenino, la femeneidad, Dionisos como el dios de la fiesta, de una fiesta a la que asistían principalmente las mujeres (Las Bacantes), nostalgia, desamor...
Va el prólogo y el inicio de la obra... (25/6 lectura pública de esta obra entera!!! -nervios-)

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PROLOGO
Delante del telón cerrado apareceré una mujer que presentará la pieza.

MUJER: Hay mujeres que cocinan, que limpian, que cosen, que trabajan, que estudian, que son quemadas por sus parejas o exparejas, que son maltratadas en sus hogares o en sus trabajos. Mujeres alegres, que cantan y bailan. Mujeres de fiesta. Mujeres que abortan clandestinamente y se meten cientos de pastillas por la vagina para que les revienten dentro. Mujeres que sufren, mujeres que desean libertad, mujeres que se afanan por una vida digna de ser vivida. Mujeres que desaparecen y en las sombras de las sombras dejan a un lado sus deseos para satisfacer los deseos y las lujos de otros. Mujeres que desean, que vuelan. Mujeres que dan calor. Mujeres que son violadas y anidan en su tierra el dolor y la injusticia. Mujeres que paren hijos condenados al hambre. Mujeres que trabajan juntas, que se reúnen, que luchan. Mujeres que se casan y son felices, mujeres que no se casan y son felices, mujeres que reinan en un hogar lleno de amor, mujeres que danzan con sus vientres llenos de vida. Mujeres que son ternura y paz para todos. Las conocés: a todas. 




Bar, tres mesas, en cada una de ellas está sentada una mujer bebiendo.
Atrás una máquina para pasar música. Sobre esta una pantalla.
A la derecha, Paula, es lesbiana, tiene 22 años, toma un aperitivo.
En el centro, Erika, es una travesti sumamente femenina, tiene 38 años, toma whisky.
A la izquierda, Luz, es hetero, tiene 26 años, toma cerveza.

Las luces están apagadas, Erika comienza a cantar muy suavemente,
tiene una hermosa voz, junto con su canto va subiendo la luz casi cenital que la alumbra.

ERIKA: Quiero emborrachar mi corazón/para olvidar un loco amor
(La luz de Paula va aumentando levemente y se une al canto, ambas miran al infinito)
PAULA y ERIKA: que más que amor es un sufrir
(se suma Luz a este canto)
LAS 3: y aquí vengo para eso
(Paula y Luz beben, Erika continúa)
ERIKA: A borrar antiguos besos, en los besos de otras bocas
(Las tres beben, continúa cantando Luz)
LUZ: si su amor fue flor de un día…
LAS 3: ¡de un día!
LUZ: ¿por qué causa es siempre mía esta cruel preocupación?
LAS 3: quiero por los dos mi copa alzar
(alzan las copas, brindan con nadie)
Para borrar mi obstinación
(Paula y Luz resoplan y luego las tres, cada una a su tiempo, recita la frase final)
Y más la vuelvo a recordar…
(Bajan las luces de Luz y de Paula, resalta la luz de Erika)
ERIKA: Lo conocí en un cine, estábamos a una butaca de distancia, él estaba de traje, hermoso, recién salidito de la oficina. Yo había tenido una noche terrible el día anterior y me había pasado el día durmiendo y tomando ginebra. Cuando me di cuenta de eso salí, necesitaba aire fresco (respira profundo) además sabía que los miércoles a esa hora en el cine de Corrientes siempre había uno o dos nuevos (sonríe, se tilda en el recuerdo) llegan tímidos, con la cabeza mirando al piso o al celular que pusieron en vibrador por si los llamaba la mujer. Lo sacan y lo guardan, lo sacan y lo guardan, ¡en el orto tendrían que guardárselo! (ríe estruendosamente, bebe). Y sí, ahí estaba nomás, mirando para todos lados como si lo persiguieran. Se sentó en mi fila, a unas dos butacas (sonríe pícara) me miró y yo le sonreí, él bajó la mirada por un rato, después miró fijo la pantalla. Ahí los chicos se divertían, nosotros no. Así que me acerqué, a cada butaca que yo me movía él transpiraba más y más. (bebe) los nuevos se ponen tan nerviosos… llegué al lado él, lo miré y no se corrió, lo tomé como un sí, así que miré la pantalla y le toqué la pija.
(suben las luces de Paula y Luz, las tres cantan)
LAS 3: hermano, yo no quiero rebajarme, ni pedirle, ni rogarle… (susurran) ni decirle que no puedo más vivir (beben)
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