martes, 17 de mayo de 2011

del cofre de las obras sin terminar...

 Work in progress
Tìtulo? 
La obra transcurrirá en el departamento de Sofía: pequeño, con un living que funciona también como cocina-comedor, ahí un sillón de color violeta, dos almohadones naranjas, una mesa ratona decorada con semillas negras y marrones, y en la pared frontal al público una pequeña ventana con persianas. A la izquierda dos puertas: una da a la habitación de Sofía y la otra al baño, desde ahí viene un sonido constante de agua corriendo (el inodoro está roto).
Sofía es una joven profesional de 26 años, recién recibida de psicóloga. Vive ahí hace sólo un año junto a su gata, Tiara. 
A lo largo de la obra se escuchará la voz de la madre de Sofía que “dialoga” con ella desde un contestador. Este aparato debe ser abrumadoramente visible en escena.

ESCENA I
SOFÍA – VOZ de la MADRE
El depto. está a oscuras, entra sólo un poco de luz por las hendijas de las persianas de la ventana. El contestador ostenta un “1” rojo que titila constantemente. Hay ropa tirada en el piso. 
Entra Sofía por el lado derecho, mira el contestador, mira el interruptor de la luz, vuelve a mirar el contestador, se da vuelta y cae pesada sobre el sillón.
SOFÍA: Bueno, quizás sea Damián…
(se levanta y va hacia el contestador, aprieta “play” y se queda mirando el aparato)
VOZ de la MADRE: Sofi, te olvidaste las milanesas, nena…
(Sofía gira, baja la cabeza y vuelve a desplomarse sobre el sillón)
Bueno, no te preocupes, mañana te las llevo. Y de paso te ordeno un poco ahí ¡tenés un lío en esa casa!
(Sofía se refriega la cara y mira la ropa que está en el suelo)
Y de paso me llevo algunas cositas para La Feria de la Caridad de Las Nieves que es este domingo y el Padre Juan ya me pidió que llevara algo de ropa linda… (breve silencio) bueno, veo que no llegaste todavía... besitos, ¡te veo mañana linda! Muakis muakis
(se escucha un estridente y agudo sonido del contestador que marca que ya no hay mensajes, Tiara maulla)
SOFÍA: ¿qué pasa Tiara, tenés hambre?
(hace un movimiento como que va a pararse pero vuelve a caer en el sillón, se saca los zapatos, vuelve a maullar la gata)
Ok, ok, ya voy…
(le sirve comida, la huele)
No entiendo cómo podés comer esto con tanta pasión Tiara…

(camina y se para junto al teléfono, lo mira, lo levanta, escucha si tiene tono)
¡que estúpida que soy! ¿cómo no va a tener tono si acaba de llamar mamá?
(camina por la casa un tanto acelerada, se acerca a la ventana, mira por las hendijas, va otra vez hacia el sillón, cae)
No me va a llamar. No se ni para qué miércoles espero que me llame si no me va a llamar…
(se para, saca pecho y cola y hace la parodia de ella misma en la noche anterior)
“Chau, un gusto, estamos hablando… mañana voy a estar un poco ocupada pero bueno… llamame cuando quieras…” ¡ESTÚPIDA! Le tiraste el fernet encima y el pibe se reía, es demasiado bueno, no va a llamar…
(vuelve a desplomarse en el sillón, Tiara maulla)
¡¿y ahora qué?!
(Tiara vuelve a maullar)
ay, bueno, si, perdón perdón, tenés que comer….
(va rápidamente hasta una silla, la gata no se ve pero está)
Tiarita mía, perdón ¿me perdonás? Te quiero, mamita te quiere mucho mucho. No puede vivir sin vos… ¡te quiero te quiero te quiero!
(Tiara ronronea, Sofía suspira, da vueltas por la casa)
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continuará?

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